Cuando hace unos días propuse comenzar el ejercicio de examinar el rol de la música urbana en la música para guitarra de Heitor Villa-Lobos en realidad estaba sustituyendo momentáneamente el término “folclor” para distanciarnos un poco del discurso habitual. El folclor es un tema que fue estudiado y debatido por algún tiempo y tuvo consecuencias en la manera de componer de algunos compositores del siglo XX. La idea de sustraerlo por un momento de la superficie tenía como objetivo tratar de revelar algo distinto.
En el texto anterior (Apunte 2) hicimos una síntesis de la visión actual (2016) de Leo Brouwer respecto a la música popular. En esta ocasión les propongo explorar un poco más sobre este tema a partir de un texto que recopila una charla del compositor realizada en Berlín en 1989. Comencemos a acercarnos al término folklore a partir de lo que este compositor expuso entonces:
El texto en cuestión se titula “Música, folklore, contemporaneidad y postmodernismo”. En él se plantea fundamentalmente una visión personal de lo que postmodernismo quería decir para el compositor cubano en ese momento. Desde una visión erudita y bien documentada, la reflexión se desarrolla igualmente bajo el esquema de una reivindicación de su posición artística.
Para iniciar el tema del folclor, Brouwer evoca nuevamente el tema de la experimentación y la renovación de los lenguajes artísticos, que en el discurso del 2016 está vinculado a la constitución de la música popular.
Este es el punto de partida para luego explicar el folclor a través del prisma de varios intelectuales. Para explicarlo, el tema de la “fusión” es central ya que explica el acercamiento de las músicas popular y culta. El discurso de Brouwer en 1989 se asemeja al que realiza en México en 2016: “[el folclore] sigue vivo, invariable, sin adulteraciones y lo mejor de él permanece escondido gracias a que muchas de sus raíces no son susceptibles de comercialización turística”[1]. Con esto se subraya el problema respecto a la música popular, o folclor en este caso, con la industria musical entendida bajo la óptica del capitalismo, que en música Brouwer lo traduce en “triste nacionalismo populista y sus blanduras turísticas”[2]
Es en este sentido que el término postmodernismo sirve para posicionarse frente a las vanguardias europeas y es entendido como “absoluta libertad” y “pluralismo” cultural[3]. Es una manera de nombrar una respuesta al colonialismo ejercido directa o indirectamente por las grandes potencias de Europa y Norteamérica.
Otro asunto de igual importancia, aunque de manera subyacente es la visión de Brouwer de la composición: Los términos “modulos” o “patterns” aproximan su discurso a la visión de la música en tanto que ars combinatoria.
[Probablemente de este asunto trata el otro ensayo del libro titulado “composición modular”]
Regresando al tema del postmodernismo, el término “Criollo” sirve al compositor para explicar una idea de renovación del lenguaje musical a partir de la identidad histórica de América Latina. Se trata de la “suma, integración, pluralidad, mezcla – y por tanto riqueza– forman las verdaderas raíces de nuestra idiosincrasia, la cual se entronca directamente con la esencia modernista”[4]. Su idea de contemporaneidad está ligada a la noción del desbordamiento y saturación de los períodos estéticos (siguiendo la línea conceptual del compositor).
En este intento de definición del postmodernismo, Brouwer nos habla de paso de su visión del tiempo. Fundada en una idea del tiempo como espiral ascendente, la idea de la simultaneidad y la yuxtaposición de un tiempo histórico. Y en este espacio, la posibilidad de resignificar la música del pasado.
Finalmente, Brouwer termina con una cita es sin duda interesante porque revela una dimensión política en la visión del compositor sobre el arte popular en su contexto histórico. Haciendo referencia al poeta José Martí de 1891, resume el ideal artístico de muchos de los artistas (compositores e intérpretes) latinoamericanos de nuestro tiempo:
“Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestra América”.
Iván Adriano
Tours, Francia, el 11 de enero de 2021.
[1] Leo Brouwer, « Música, Folklore, Contemporaneidad y Postmodernismo », in Gajes del oficio, Habana, Cuba : Letras Cubanas, 2004, p. 46.
[2] Ibid., p. 47.
[3] Ibid.
[4] Ibid., p. 49.
En el texto anterior (Apunte 2) hicimos una síntesis de la visión actual (2016) de Leo Brouwer respecto a la música popular. En esta ocasión les propongo explorar un poco más sobre este tema a partir de un texto que recopila una charla del compositor realizada en Berlín en 1989. Comencemos a acercarnos al término folklore a partir de lo que este compositor expuso entonces:
El texto en cuestión se titula “Música, folklore, contemporaneidad y postmodernismo”. En él se plantea fundamentalmente una visión personal de lo que postmodernismo quería decir para el compositor cubano en ese momento. Desde una visión erudita y bien documentada, la reflexión se desarrolla igualmente bajo el esquema de una reivindicación de su posición artística.
Para iniciar el tema del folclor, Brouwer evoca nuevamente el tema de la experimentación y la renovación de los lenguajes artísticos, que en el discurso del 2016 está vinculado a la constitución de la música popular.
Este es el punto de partida para luego explicar el folclor a través del prisma de varios intelectuales. Para explicarlo, el tema de la “fusión” es central ya que explica el acercamiento de las músicas popular y culta. El discurso de Brouwer en 1989 se asemeja al que realiza en México en 2016: “[el folclore] sigue vivo, invariable, sin adulteraciones y lo mejor de él permanece escondido gracias a que muchas de sus raíces no son susceptibles de comercialización turística”[1]. Con esto se subraya el problema respecto a la música popular, o folclor en este caso, con la industria musical entendida bajo la óptica del capitalismo, que en música Brouwer lo traduce en “triste nacionalismo populista y sus blanduras turísticas”[2]
Es en este sentido que el término postmodernismo sirve para posicionarse frente a las vanguardias europeas y es entendido como “absoluta libertad” y “pluralismo” cultural[3]. Es una manera de nombrar una respuesta al colonialismo ejercido directa o indirectamente por las grandes potencias de Europa y Norteamérica.
Otro asunto de igual importancia, aunque de manera subyacente es la visión de Brouwer de la composición: Los términos “modulos” o “patterns” aproximan su discurso a la visión de la música en tanto que ars combinatoria.
[Probablemente de este asunto trata el otro ensayo del libro titulado “composición modular”]
Regresando al tema del postmodernismo, el término “Criollo” sirve al compositor para explicar una idea de renovación del lenguaje musical a partir de la identidad histórica de América Latina. Se trata de la “suma, integración, pluralidad, mezcla – y por tanto riqueza– forman las verdaderas raíces de nuestra idiosincrasia, la cual se entronca directamente con la esencia modernista”[4]. Su idea de contemporaneidad está ligada a la noción del desbordamiento y saturación de los períodos estéticos (siguiendo la línea conceptual del compositor).
En este intento de definición del postmodernismo, Brouwer nos habla de paso de su visión del tiempo. Fundada en una idea del tiempo como espiral ascendente, la idea de la simultaneidad y la yuxtaposición de un tiempo histórico. Y en este espacio, la posibilidad de resignificar la música del pasado.
Finalmente, Brouwer termina con una cita es sin duda interesante porque revela una dimensión política en la visión del compositor sobre el arte popular en su contexto histórico. Haciendo referencia al poeta José Martí de 1891, resume el ideal artístico de muchos de los artistas (compositores e intérpretes) latinoamericanos de nuestro tiempo:
“Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestra América”.
Iván Adriano
Tours, Francia, el 11 de enero de 2021.
[1] Leo Brouwer, « Música, Folklore, Contemporaneidad y Postmodernismo », in Gajes del oficio, Habana, Cuba : Letras Cubanas, 2004, p. 46.
[2] Ibid., p. 47.
[3] Ibid.
[4] Ibid., p. 49.